Cuenta la leyenda que Kaldi, un pastor etíope se dio cuenta de que sus cabras tenían más energía después de comer las bayas rojas de un arbusto. Intrigado, las probó él mismo y descubrió que le ocurría lo mismo. Las bayas en el fuego producían un aroma atrayente. Posteriormente los granos tostados fueron extraídos de las brasas y disueltos en agua caliente con sal, lo que produjo la primera taza de café del mundo.
Prueba tus bebidas favoritas con esta opción, con la que viajarás a la cuna del nacimiento del café, Etiopía. Una taza de café única con toques a chocolate negro y cítrico. Una opción más suave, y más rica en matices de cacao y toques cítricos procedentes de su región única de origen.
Yo estoy disfrutando de mi Yirgacheffe con el sabor único de Etiopia. Todo a partir de un país cuyos ciudadanos reclaman: “El café es nuestro pan. “ o «buna dabo naw» ¿Qué más se puede pedir?
Y tú, ¿con qué lo vas a probar?